Ruinas mayas alternativas a Chichen Itzá Ruinas mayas alternativas a Chichen Itzá

Ruinas mayas alternativas a Chichén Itzá

Descubre las ruinas mayas más impresionantes y auténticas más allá de Chichén Itzá. Desde Cobá y Ek Balam hasta joyas ocultas como Kulubá, Xiol e Ichkabal, explora sitios llenos de historia, naturaleza y sin multitudes.

Chichén Itzá casi siempre aparece en las listas de lugares a visitar de los viajeros que visitan la Península del Yucatán. No es para menos: es Patrimonio de la Humanidad y una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo. Pero si ya fuiste o ,simplemente, quieres evitar un lugar bastante masificado y vivir una experiencia más auténtica, hay muchísimas ruinas mayas alternativas a Chichén Itzá que te van a sorprender.

En este artículo te comparto las mejores opciones para explorar el mundo maya sin multitudes, con paisajes impresionantes, pirámides escalables y un montón de historia aún por descubrir. Y todo esto, sin salir de la península del Yucatán.

Ruinas mayas de Cobá

Pirámide de Nohoch Mul en las ruinas de Cobá, la más alta de la península del Yucatán

Cobá tiene algo especial que la hace única entre las ruinas mayas y que las hace una de mis favoritas. Lo que más me gusta es que no está en un espacio abierto como otros sitios arqueológicos famosos. Cobá está metida en plena selva, envuelta por una vegetación espesa que le da un aire de misterio y aventura. Caminar por sus senderos, entre árboles altísimos y con el canto de los pájaros de fondo, te hace sentir que estás explorando un mundo escondido. Nada que ver con Chichén Itzá, donde el sol cae a plomo y todo es mucho más expuesto.

Uno de los mayores encantos de Cobá es que todavía puedes subirte a la pirámide principal: Nohoch Mul. Es la más alta de toda la península y, la neta, subirla es toda una experiencia. Los escalones son irregulares, empinados, y te apoyas con una cuerda para no perder el equilibrio. Te da esa sensación de estar haciendo algo realmente fuera de lo común. Sí, la subida cansa, pero lo que te espera arriba vale la pena: una vista espectacular, como si la selva no tuviera fin.

Cobá es enorme, así que una buena opción es rentar una bici o subirte a un triciclo-taxi si no quieres caminar tanto. Además de práctico, hace que el recorrido sea mucho más divertido, sobre todo si vas con amigos o en plan relajado. La sombra de los árboles ayuda muchísimo a sobrellevar el calor, así que el paseo se disfruta bastante.

Si quieres saber más sobre las ruinas de Cobá, visita este post donde te explico todo sobre ellas.

Ek Balam

Ruinas de Ek-Balam

Otras ruinas mayas que me encantan son las de Ek Balam. Aunque es más pequeño en extensión, tiene una de las acrópolis más impresionantes que he visitado. Lo que lo hace tan especial es que, a medida que subes, te encuentras con la entrada a la tumba de un antiguo gobernante decorada con figuras de estuco: jaguares, guerreros y otros símbolos mayas que se conservan increíblemente bien.

Otros edificios impresionantes completan el complejo arqueológico, entre ellos el Palacio Oval, las Pirámides Gemelas, el juego de pelota o la Plataforma de los estucos.

Además de ser un lugar fotogénico y tranquilo, lo mejor es llegar temprano para evitar el calor y disfrutar la experiencia con calma. Un plus de este sitio es que puedes complementar la visita con un chapuzón en el cenote X’Canche, que se encuentra justo al lado. No hay nada mejor que darse un chapuzón en el cenote para quitarte de encima el bochorno de la visita.

En este otro post te cuento con detalle todo lo que necesitas saber para su visita a Ek Balam.

Uxmal y la ruta Puuc

Pirámide del Adivino, Uxmal

Uxmal tiene una belleza particular. Para quienes buscan arquitectura refinada, este es sin duda uno de los sitios más espectaculares. El estilo Puuc predomina en cada fachada, y la Pirámide del Adivino impone desde cualquier ángulo.

Lo que me gusta de Uxmal es que se recorre sin prisas. No está invadido por las multitudes, así que puedes tomarte tu tiempo para observar los detalles, como las máscaras de Chaac en las fachadas del Cuadrángulo de las Monjas o el impresionante diseño del Palacio del Gobernador. La luz del atardecer le da un toque aún más mágico al entorno.

Se respira una tranquilidad única, casi mística, que hace que la experiencia sea muy distinta. Aquí todo parece estar diseñado para la contemplación y el disfrute pausado.

Por si fuera poco, Uxmal es la primera parada de la ruta Puuc en la que puedes visitar otras ruinas mayas según te vas adentrando en la selva y apartándote de la mayoría de la gente. Kabah es impresionante por su Palacio de las Máscaras, lleno de rostros del dios Chaac. Sayil sorprende con su palacio de tres niveles y Labná tiene un arco monumental que parece sacado de un decorado de película.

Si quieres añadir estas ruinas a tu itinerario, no te pierdas este post donde te cuento todo sobre las ruinas de Uxmal y la ruta Puuc.

Mayapán

Entre las ruinas menos conocidas pero más sorprendentes que he visitado, se encuentran, sin duda, las de Mayapán. Ubicada a solo 40 minutos en coche desde Mérida, esta ciudad amurallada fue la última gran capital del mundo maya antes de la llegada de los españoles. Si buscas una alternativa a Chichén Itzá que conserve la majestuosidad arquitectónica pero sin el bullicio turístico, este sitio es ideal.

En Mayapán puedes subir a casi todas las estructuras, incluyendo su versión de la pirámide de Kukulkán, muy similar a la de Chichén Itzá. La vista desde la cima es impresionante: ves el trazado de la ciudad, los templos circundantes y la muralla que rodea todo el recinto, dándote una mejor idea de la escala que tuvo esta urbe en su momento.

No entiendo porque no reciben más visitantes, ya que me parecen unas ruinas de lo más recomendables. Fácil de llegar, bien señalizada, y con toda la atmósfera para perderte un rato en el tiempo sin distracciones. Además, muchas de las estructuras están bien conservadas o parcialmente restauradas, lo que permite entender mejor la disposición urbana y la vida ritual de los antiguos mayas.

Kulubá

La gran particularidad de Kulubá es que son unas ruinas en las que aún están trabajando los arqueólogos para descubrirla del todo, así que todavía conserva un aire de ciudad dormida. Allí no es raro ver a los arqueólogos trabajando cerca o a personal del INAH explicando avances del proyecto. Esa cercanía con el proceso de recuperación histórica hace que la visita se sienta viva, como si formaras parte de algo que todavía está escribiéndose.

Kulubá mezcla el estilo Puuc y el Tolteca, algo que se nota en sus columnas, frisos decorados y estructuras con motivos geométricos y mascaras de dioses mayas. Es una ciudad que combina influencias, y eso se siente al caminar entre sus edificaciones parcialmente restauradas. A medida que avanzan los trabajos arqueológicos, más edificios emergen de entre la vegetación, lo cual le da un aire de descubrimiento permanente.

El sitio tiene varias estructuras importantes, como un palacio con columnas y una plaza ceremonial. Desde algunos puntos elevados puedes ver el paisaje plano y espeso del norte de Yucatán, lo cual añade un componente visual muy bonito, sobre todo al amanecer o al final de la tarde, cuando la luz resalta las texturas de la piedra tallada.

No sabemos si cuando esté totalmente descubierta, en el futuro, acabará atrayendo masas, así que estamos en el momento ideal para verla de una manera auténtica. Si disfrutas descubriendo lugares con historia y todavía fuera del radar, este sitio tiene todo lo que buscas: arquitectura maya auténtica, vegetación que lo envuelve como si lo protegiera y una energía especial que solo tienen los sitios que están despertando del olvido.

Xiol

Xiol es una ciudad maya que se ha descubierto hace poco y que está sacudiendo todo lo que creíamos saber sobre cómo vivían y se organizaban en esta parte de Yucatán.A pesar de que apenas se está conociendo, ya hay muchísima expectativa por la precisión en su arquitectura y lo bien conservadas que están muchas de sus estructuras.

Lo que realmente hace especial a Xiol es que fue una ciudad planificada desde el principio, algo que no se ve muy seguido en el norte de la península. Tenía sus zonas residenciales bien marcadas, espacios administrativos, templos y plazas acomodados con una lógica urbana súper clara. Esto nos habla de una sociedad avanzada, con estructuras de poder bien establecidas y una vida comunitaria bastante compleja. Todo fue construido siguiendo el estilo Puuc, famoso por sus frisos de piedra tallados con una precisión que impresiona, y por esas máscaras del dios Chaac que adornan muchas fachadas.

Visitar Xiol es como colarse en la historia justo en el momento en que empieza a contarse. A diferencia de otros sitios más turísticos, aquí todavía se siente ese aire de descubrimiento, como si anduvieras por un lugar que apenas empieza a revelar sus secretos. Y lo más loco es cómo la ciudad parece haberse fundido con la naturaleza: caminos ceremoniales que serpentean entre la vegetación, espacios públicos que se integran con el terreno, zonas de trabajo que no desentonan con el entorno.

Por ahora, el acceso al sitio es limitado porque todavía están en plena chamba de documentación y restauración. Pero justo eso le da un toque único: la sensación de estar en medio de un descubrimiento que apenas comienza. Y lo mejor es que está a un brinco de Mérida, así que puedes armar una visita sin complicarte, incluso combinándola con otros planes del día.

Oxtankah

Entre las ruinas menos conocidas del sur de Quintana Roo, Oxtankah destaca por una razón muy especial: es uno de los pocos sitios arqueológicos donde conviven vestigios de la civilización maya con elementos del periodo colonial, lo que muestra que fue testigo del encuentro entre dos mundos.

Al llegar, llama la atención una pequeña capilla colonial construida justo en medio de las estructuras mayas. Esta fue levantada por los misioneros españoles en el siglo XVI, cuando intentaban evangelizar la región. La imagen es poderosa: muros de piedra caliza con inscripciones mayas a unos metros de un templo cristiano en ruinas.

El sitio ha sido reabierto recientemente y, por ahora, conserva una tranquilidad que no sabemos cuanto durará. Puedes caminar entre los árboles, descubrir templos parcialmente cubiertos por la vegetación y detenerte frente a la capilla colonial sin la interrupción del turismo masivo. Es un lugar ideal para quienes buscan reflexionar sobre la historia, no solo desde la grandeza arquitectónica, sino desde el choque entre culturas.

Ichkabal

Entre todas las ruinas mayas que están por abrir al público, Ichkabal es, sin duda, la que más expectativas ha generado. Ubicada cerca de Bacalar, en el sur de Quintana Roo, esta antigua ciudad maya permaneció oculta durante siglos bajo la selva. Ahora, con las labores de excavación avanzadas y su apertura programada para los próximos años, Ichkabal promete convertirse en una de las zonas arqueológicas más importantes del mundo maya.

Las pirámides de Ichkabal superan en altura a muchas otras de la península, incluyendo algunas de las más famosas de la actualidad. Desde lo alto de sus estructuras, cubiertas parcialmente por la vegetación, se puede apreciar la magnitud de una ciudad que fue un centro político y religioso clave en el periodo Clásico. Aquí se tomaron decisiones que afectaron a otras grandes urbes como Calakmul y Tikal.

Además del tamaño, Ichkabal destaca por su complejidad. Se han encontrado calzadas, plazas, templos, sistemas hidráulicos y una serie de elementos que revelan un alto grado de organización urbana. Además, se han encontrado evidencias de que esta ciudad fue habitada durante más de mil años, lo que la convierte en un testimonio histórico único sobre la evolución del poder y la vida cotidiana en el mundo maya.

Por ahora, las visitas están restringidas a investigadores y equipos de conservación, pero se espera que pronto se abra al público. Eso hace que este sea el momento perfecto para ponerla en el radar. Quienes logren visitarla en sus primeros años se llevarán la experiencia única de explorar una ciudad maya prácticamente intacta, sin estructuras reconstruidas en exceso ni el turismo masivo que caracteriza a otros sitios más conocidos.

Tulum

Ruinas de Tulum

He dejado las ruinas de Tulum para el final porque quizás sean las más visitadas tras Chichén Itzá. Son unas ruinas bastante visitadas, en las que puede haber mucha gente, pero su ubicación frente al mar las hace bastante espectaculares. Caminar entre templos mayas mientras el agua turquesa del Caribe brilla de fondo es una imagen que se queda contigo.

Más que por el tamaño de las estructuras, Tulum destaca por su entorno. Es el lugar perfecto para quienes quieren historia y playa en una misma experiencia.

Lo buenas de estas ruinas es que están ubicadas en el propio Tulum, así que queda a un tiro de piedra para los que se hospeden aquí. Puedes saber más sobre ella en este post.

Otras ruinas para los más aventureros

Hay otros sitios menos accesibles, pero absolutamente mágicos: Dzibanché, Yaxchilán o Bonampak. Están más alejados, algunos en plena selva, y llegar requiere más planeación. Pero la recompensa es enorme. Puedes explorar templos cubiertos de vegetación, escuchar monos aulladores y disfrutar de un silencio que solo rompe la naturaleza.

En estos lugares la sensación de descubrimiento es total. Son ideales para quienes buscan aventura y no les importa salir del camino tradicional.

Si te gusta sumergirte en antiguas civilizaciones y eres capaz de ver las ruinas mayas como algo más que un conjunto de piedras antiguas, si no como una ventana a otras maneras de vivir que tuvieron lugar hace cientos de años, esta zona te va a encantar. Te aconsejo que te informes bien, elijas las que mas te interesen y te atrevas a incluirlas en tu itinerario. Las ruinas mayas alternativas a Chichén Itzá quizás no sean tan famosas ni vistosas como estas, pero el plus de verlas sin estar apenas rodeado de gente, te ofrece una experiencia de película.

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