En los últimos meses no han parado de salir artículos y vídeos de corte sensacionalista y amarillista anunciando la muerte del turismo en Tulum. Hablan de calles desiertas, restaurantes vacíos y dibujan algo así como una ciudad fantasma. ¿Qué hay de cierto en todo esto? En este post vamos a tratar de dar una explicación seria y coherente a toda esta situación.
Es innegable que este 2025, Tulum está enfrentando una gran caída como destino turístico. Esta caída afecta directamente a la economía local y al tejido social de la región. El paso está siendo gordo y no está claro que la situación se vaya a revertir con las actuales medidas. Pero analicemos esto paso a paso.
Diagnóstico actual del turismo en 2025

Este gráfico nos muestra, mes a mes, el número de turistas que han recibido desde 2024 tres de los principales destinos turísticos de la península del Yucatán: Cancún, Playa del Carmen y Tulum. Aquí podemos observar que, mientras Playa del Carmen y Cancún se mantienen estables, la caída en la recepción de turistas en Tulum es clara.
Mientras que al principio de 2024 Tulum tenía unos números muy cercanos a Playa del Carmen, llegando casi a los 100 mil visitantes al mes, estos últimos meses de 2025 andan más en torno a los 50 mil. La caída es más que considerable. Aún así, hablamos de más de 50 mil visitantes al mes, algo que se aleja mucho de la ciudad fantasma que muchos quieren pintar.
La Asociación de Hoteles de Tulum señala que, por ejemplo, la ocupación en septiembre 2025 cayó del 66.7% al 49.2%, representando una baja interanual del 17.5%. Descensos similares se han producido a lo largo de todo el año.
Más allá de las cifras, es evidente que Tulum ha perdido competitividad frente a otros destinos del Caribe mexicano o del resto de México.
Causas oficiales de la bajada del turismo en Tulum 2025
Más allá de que un destino de moda puede dejar de estarlo de la noche a la mañana, hay una serie de causas que han provocado la caída del turismo en Tulum. Estas son las principales
Restricciones de acceso al Parque Nacional del Jaguar
El Parque Nacional del Jaguar es, en teoría, un proyecto para la conservación cultural, ambiental e histórica de Tulum. Abarca unas 1000 hectáreas e incluye playas públicas (en teoría), senderos por la selva y la zona arqueológica de Tulum.
Desde diciembre de 2024, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) empezó a controlar el Parque Nacional del Jaguar. Esto ha supuesto dos problemas en la zona: el cobro de una entrada excesiva y la presencia de militares en la zona.
La entrada cuesta 415.37 pesos para extranjeros, 255 pesos para mexicanos y 105 pesos para residentes de Quintana Roo, además de un cobro extra de 100 pesos para la zona arqueológica. Un precio elevadísimo para entrar en uno de los principales reclamos de Tulum.
Estos precios tan elevados ha sido una de las principales causas de la caída del turismo en Tulum. Además, la presencia militar y de la Guardia Nacional en la zona genera tensiones con la población local. Estos últimos reclaman que les han recortado derechos fundamentales como el libre acceso a una zona marítima y terrestre.
Impactos ambientales
El sargazo lleva varios años afectando a la Riviera Maya en general, pero este último año afectó de manera especialmente dura a Tulum. El sargazo es una llegada masiva de algas a las playas. Allí se acaban pudriendo haciendo las playas feas, incomodando el baño y provocando mal olor.
Este problema ha ido a más en los últimos años, agravado por el cambio climático y la contaminación marina. Con las playas sucias y las actividades marinas limitadas, se pierde gran parte del atractivo de la zona.
Además del problema del sargazo, el desarrollo turístico de Tulum sin ningún tipo de control ha deteriorado sus ecosistemas marinos y terrestres. La infraestructura hotelera se ha expandido sobre terrenos frágiles, sin un ordenamiento ecológico riguroso, contribuyendo al deterioro ambiental.
Encarecimiento del destino
Otro de los mayores problemas que mencionan los turistas es el encarecimiento de los servicios turísticos. Los precios de hospedaje, alimentos y servicios turísticos han subido más en Tulum que en otros destinos de la Riviera Maya.
Además de las tarifas infladas, muchos restaurantes y clubes de playa tienen consumos mínimos. Este encarecimiento hace que el destino pierda competitividad frente a otros destinos cercanos como Cancún o Playa del Carmen.
Además, la presión inmobiliaria y el turismo de lujo han desplazado opciones más asequibles. Lo que antes era un destino «bohemio» y accesible se ha convertido en un enclave elitista. Esto, además de espantar a muchos turistas extranjeros, deja fuera al turista nacional que es clave para todo destino.
Crisis de infraestructura y servicios públicos
En los últimos años, Tulum ha sufrido un crecimiento acelerado y mal planificado, lo que siempre acaba en crisis. La infraestructura urbana ha crecido mucho menos que la oferta turística, lo que genera problemas en servicios básicos como el suministro de agua potable, la gestión de residuos o la movilidad.
Los sistemas de transporte público son insuficientes, los caminos hacia zonas arqueológicas están deteriorados y hay problemas en la recolección de basura y el tratamiento de aguas negras. Todo esto impacta en la experiencia del turista y la calidad de vida de los vecinos.
Todos estos problemas de gestión de residuos han generado problemas de contaminación en cenotes y fuentes de agua subterráneas.
En los últimos meses se ha reportado algún problema de inseguridad, episodios de violencia y abusos de los taxistas. Además la privatización de las playas y la presencia de militares han provocado protestas constantes de los vecinos.
Residentes y organizaciones civiles han denunciado intimidaciones, desalojos y uso excesivo de la fuerza para delimitar accesos a zonas federales. El conflicto entre la comunidad y el gobierno federal se ha intensificado, generando una narrativa de desconfianza que ha alcanzado medios internacionales.
Otras causas no tan cuantificables pero igualmente obvias
No hace falta ser ningún experto en turismo para ver que el crecimiento turístico de estos últimos años estaba descontrolado y que acabaría explotando por algún lado. Esto se debe a la falta de planificación y a la avaricia de hosteleros y gobernantes que han apostado por exprimir la gallina de los huevos de oro. Y no tuvieron en cuenta que la gallina, si no la cuides, puede acabar muriendo.
Resulta paradójico y a medio tiempo insostenible que promuevas un destino por sus grandes recursos naturales a la vez que explotas sin control esos mismos recursos; que promuevas un destino para gente alternativa y bohemia y que lo masifiques o que busques un tipo de turista que busca desconectar a la vez que saturas la zona.
Nada resulta peor para un turista que un destino que no cumple las expectativas, por muy atractivo que este sea. Si acudes en busca de desconectar del mundo y conectar con la naturaleza y te encuentras un destino saturado y con sus recursos naturales degradados, no vuelves contento. Si a esto le sumamos unos precios abusivos, el fracaso está servido.
Otro problema añadido es la crisis de reputación que está sufriendo en redes sociales por influencers y prensa sensacionalista. Es verdad que Tulum tiene muchos problemas estructurales que solucionar, pero no es en absoluto el destino muerto que quieren hacerte creer.
Conclusiones y recomendaciones para una recuperación sostenible
Visto lo visto en Tulum, las autoridades ya se pueden poner las pilas. Es indispensable construir un modelo turístico sostenible que equilibre el desarrollo económico con la conservación ambiental. Para ello, deberían de tomar las siguientes acciones:
- Revisar y ajustar las políticas de acceso a zonas naturales protegidas, garantizando el libre tránsito y tarifas accesibles. Se pueden cuidar los recursos naturales sin explotarlos económicamente.
- Rediseñar la infraestructura urbana con criterios ecológicos y de largo plazo.
- Invertir en sistemas de tratamiento de residuos y protección de los cuerpos de agua.
- Implementar estrategias de contención y limpieza del sargazo con tecnología probada y personal capacitado.
- Fortalecer el diálogo entre autoridades, comunidad local y empresarios para construir acuerdos participativos.
- Regular los precios de servicios turísticos para recuperar la competitividad del destino frente a la región.
- Profesionalizar la oferta turística y diversificar los productos más allá de “sol y playa”.
- Recuperar el turismo nacional
Tulum ha sido durante décadas un símbolo de belleza natural, misticismo y conexión con lo esencial. Pero el modelo de turismo extractivo y poco regulado ha acabado reventando. Si no se toman medidas inmediatas y estructurales, el destino corre el riesgo de profundizar su decadencia.
Para revertir la crisis, es necesario implementar un modelo turístico sostenible que equilibre el desarrollo económico con la conservación ambiental, garantice el acceso público a las playas, reduzca costos y mejore infraestructura y servicios. También es necesario fomentar diálogo con la comunidad local para resolver tensiones sociales y recuperar la confianza del turista.
 
			 
			 
		 
									 
									 
									