Elegir la mejor playa de México es como buscar una aguja en un pajar. México tiene muchísimas playas de ensueño y con características que las hacen muy especiales. En México puedes encontrar playas solitarias paradisiacas, otras donde disfrutar de un ambiente animado, algunas tienen aguas turquesas, ideales para la práctica del buceo, mientras que otras son perfectas para descansar. Desde el Caribe hasta el Pacífico salvaje, pasando por el Mar de Cortés u otras joyas más desconocidas, este es nuestra selección de las mejores playas de México.
Caribe Mexicano:

El Caribe mexicano es la zona más popular para el turismo y hay muchas razones para ello. Aquí el mar parece es turquesa y las aguas parecen de cristal, la arena blanca brilla bajo el sol, y el ambiente mezcla sofisticación con autenticidad.
Playa Norte en Isla Mujeres
Playa Norte, en Isla Mujeres, es sin duda una de las playas más espectaculares de México. Se extiende como una alfombra de arena blanca y suave, bordeada por aguas turquesa tan claras que uno puede ver el fondo incluso a varios metros de distancia. El mar es tan tranquilo que parece una alberca natural, ideal para nadar, hacer paddleboard o simplemente flotar mirando el cielo. Su orientación permite disfrutar de atardeceres inolvidables, donde el sol se esconde lentamente detrás del horizonte mientras el cielo se tiñe de colores cálidos.
Lo que hace especial a Playa Norte no es solo su belleza natural, sino el ambiente que la rodea. Aunque es muy popular, mantiene un aire relajado: hay palapas rústicas, camastros bajo las palmeras, restaurantes con mariscos frescos y un ritmo de vida que invita a quedarse sin prisas. No hay edificios altos ni grandes hoteles interrumpiendo la vista, solo mar y cielo hasta donde alcanza la mirada. Es un lugar perfecto tanto para quienes buscan descansar como para quienes quieren conectarse con la sencillez de lo esencial.
Playa Delfines, en Cancún
Ubicada en una de las zonas más elevadas de la costa, Playa Delfines ofrece una vista panorámica impresionante del mar Caribe con tonalidades que van del azul intenso al verde esmeralda. A diferencia de otras playas de la zona hotelera, aquí no hay construcciones altas que bloqueen el paisaje; es solo mar abierto, cielo y arena blanca. Es un lugar ideal para tomar fotos, relajarse escuchando el oleaje fuerte o simplemente contemplar la inmensidad del océano.
El ambiente en Playa Delfines es bastante tranquilo y local, frecuentado tanto por turistas como por cancunenses. No hay comercios sobre la playa, pero sí palapas públicas, sanitarios y un área de juegos, lo que la hace perfecta para pasar el día si llevas lo necesario. Las olas pueden ser intensas, por lo que es común ver surfistas disfrutando del mar. En la entrada de la playa hay un icónico letrero de “Cancún”, donde te puedes hacer la típica foto. Es un rincón que mezcla belleza natural con autenticidad.
Playa Paraíso, en Tulum
Playa Paraíso, en Tulum, hace honor a su nombre con cada detalle. Su arena es blanca, fina y suave, extendiéndose a lo largo de una costa bordeada por palmeras que parecen sacadas de una postal tropical. El mar turquesa contrasta con el verde de la vegetación y el azul del cielo, creando un paisaje que podrías contemplar durante horas. Las aguas son cálidas y tranquilas, ideales para nadar, hacer snorkel o dejarse llevar por el vaivén del oleaje.
Lo especial de Playa Paraíso es que, a pesar de su popularidad, conserva un ambiente muy relajado. Puedes recostarte en un camastro de algún beach club o tender tu toalla bajo una palmera y desconectar del mundo. Muy cerca están las ruinas mayas de Tulum, lo que le proporciona unas vistas únicas en el mundo . Aunque en temporada alta puede haber más visitantes, siempre es posible encontrar un rincón tranquilo para desconectar del mundo y reencontrarte con el mar.
Pacífico Mexicano:

La costa del Pacífico ofrece una experiencia más salvaje, más orgánica. En sus costas puedes encontrar bahías tranquilas, pero en general sus playas tienen oleaje y lindan con acantilados. Muchas de ellas son ideales para los surfistas.
Playa Carrizalillo, en Puerto Escondido
Playa Carrizalillo, en Puerto Escondido, es una pequeña bahía oculta que se revela solo a quienes se atreven a bajar sus más de 160 escalones. Desde arriba, la vista ya promete: un semicírculo perfecto de arena dorada abrazado por acantilados verdes, con un mar color esmeralda que dan ganas de sumergirse en él. Sus aguas son templadas y calmadas, lo que la hace ideal para nadar o a hacer esnórquel sin prisas ni multitudes.
Su ambiente es íntimo y relajado. No hay grandes hoteles cerca ni cadenas comerciales; solo algunas palapas donde puedes comer pescado a la talla y tomar una cerveza fría mientras ves cómo el sol se esconde entre las rocas. Es una playa donde el tiempo se estira, donde cada tarde parece durar más, y donde es fácil olvidarse del mundo allá arriba, al otro lado de la escalinata.
Playa Troncones, en Guerrero
Playa Troncones, en Guerrero, es una playa que te conquista desde el primer momento que llegas a ella. Su extensión de arena dorada se despliega a lo largo de varios kilómetros, sin interrupciones, sin grandes hoteles, sin aglomeraciones. Aquí el Pacífico se muestra poderoso, con olas perfectas para el surf y una brisa constante que refresca cada paso. Caminar por la orilla al amanecer o al atardecer es una experiencia casi meditativa, con el sonido de las olas como única compañía.
Lo más característico de playa Troncones es su atmósfera bohemia y auténtica. Es un destino elegido por surfistas, yoguis y viajeros que buscan desconexión y naturaleza. A su alrededor cabañas ecológicas, pequeños cafés frente al mar y espacios para practicar yoga con vista al océano. La comunidad local convive con los visitantes de manera muy natural, creando un ambiente cálido y relajado. Es una playa que invita a quedarse y disfrutar de ella sin prisas.
Playa Ventura, en Guerrero
Playa Ventura, en la costa de Guerrero, es una playa que aún se mantiene a salvo del turismo de masas. Lejos del bullicio turístico, esta playa se extiende serena, con arena suave y aguas limpias que invitan al descanso total. El oleaje es suave y el entorno es tan tranquilo que caminar por la orilla puede hacer que sientas que toda la playa es solo para ti. Aquí no hay grandes complejos ni infraestructura masiva, solo mar, cielo y una calma que se contagia.
Lo más valioso de Playa Ventura es precisamente su sencillez. Es ideal para quienes buscan un escape real, un lugar donde escuchar el sonido del mar sin interrupciones, donde nadar en aguas claras sin pelear por espacio, y donde ver un atardecer en completa paz. La comunidad local es hospitalaria, y es común encontrar familias que la visitan año tras año buscando ese ambiente cálido y auténtico que ya no se encuentra en otros destinos.
Playa Chacahua, en Oaxaca
Playa Chacahua, en la costa de Oaxaca, es un refugio natural donde el tiempo parece detenerse. Se encuentra dentro del Parque Nacional Lagunas de Chacahua, una reserva de gran biodiversidad donde el mar, los manglares y las lagunas se entrelazan en un paisaje único. La playa es extensa, de arena dorada y suave, y el océano Pacífico se muestra aquí con una fuerza majestuosa, ideal para surfistas experimentados y amantes de lo salvaje.
La atmósfera de esta playa es rústica y auténtica. Se llega por carretera y lancha, lo que hace que siga siendo un destino poco concurrido. Aquí puedes dormir en cabañas frente al mar, comer pescado fresco preparado por los lugareños y ver tortugas desovar en la arena por la noche. Además, cuando cae el sol, la laguna cercana se ilumina con bioluminiscencia, creando un espectáculo natural que parece sacado de un sueño. Es un lugar para desconectarse del mundo y reconectar con la naturaleza en su estado más puro.
Mar de Cortés:

Conocido como el «Acuario del Mundo», este mar alberga algunas de las playas más impresionantes, tranquilas y con mayor biodiversidad del país. En esta zona encontrarás playas de arena blanca, manglares y reservas naturales.
Playa Balandra, en La Paz
Rodeada de formaciones rocosas, montañas áridas y manglares, Playa Balandra es una bahía poco profunda, famosa por sus aguas turquesa, tan transparentes que reflejan el cielo como un espejo. La arena es blanca y fina, y el mar apenas cubre los tobillos en gran parte de la playa, lo que la hace perfecta para caminar largas distancias dentro del agua o simplemente flotar y dejarse llevar por la calma absoluta.
Esta playa tiene un carácter casi virgen. Al ser una reserva natural protegida, el acceso está regulado y no hay construcciones ni servicios en la playa, lo que preserva su belleza intacta. Desde su icónico hongo de piedra hasta las vistas panorámicas desde los cerros cercanos, cada rincón es digno de contemplación. En esta playa puedes sentir una conexión profunda con la naturaleza, donde el silencio solo es interrumpido por el sonido suave del agua moviéndose.
Cabo Pulmo en Baja California Sur
La playa de Cabo Pulmo, en Baja California Sur, es uno de los tesoros marinos más importantes de México. Esta zona alberga uno de los arrecifes de coral más antiguos del Pacífico americano, protegido dentro de un parque nacional. Sus aguas claras y calmadas son ideales para el snorkel y el buceo, donde es posible ver desde cardúmenes de peces de colores hasta tortugas, mantarrayas y tiburones toro. La sensación de nadar en un entorno tan vivo y bien conservado es simplemente impresionante.
Lo mejor de esta playa es su naturaleza salvaje, tanto en el agua como fuera de ella. Desde la orilla puedes ver pelícanos volando en formación, o pescadores locales cruzando lentamente en sus pangas. Es un lugar para respirar profundo, dejar el celular guardado y sumergirse en el ritmo pausado de la naturaleza.
Playa El Requesón en Baja California Sur
Playa El Requesón, en la Bahía de Concepción, Baja California Sur, es lugar tan perfecto que no parece que pueda ser real. Una delgada lengua de arena conecta la costa con una pequeña isla, y durante la marea baja, puedes caminar de un lado a otro con el agua apenas tocándote los tobillos. El mar es tan tranquilo y claro que se convierte en un espejo del cielo, y la paz que se respira es absoluta. Es el sitio ideal para acampar, remar en kayak o simplemente contemplar la inmensidad del paisaje desértico que la rodea.
Su aislamiento y su silencio la hacen única. Aquí no hay hoteles ni restaurantes, solo naturaleza pura y un cielo estrellado que por la noche parece no tener fin. La sensación de libertad es total, y cada visitante encuentra aquí un espacio para desconectar y reconectarse. Es un rincón que pocos conocen, pero que quien lo pisa, nunca olvida.
Bahía de Banderas

Es una de las bahías más grandes y reconocidas de México. Va de Punta Mirta, en Nayarit hasta Cabo Corrientes, en Jalisco. Destaca por su belleza natural, su vegetación exuberante y las montañas de la Sierra Madre Occidental como telón de fondo.
Playa Majahuitas, en Jalisco
Escondida en la costa sur de Jalisco, Playa Majahuitas es una joya tropical a la que solo se puede acceder por mar. A pocos kilómetros de Puerto Vallarta, esta playa se oculta entre la selva y el océano, ofreciendo un entorno natural casi virgen. La bahía es pequeña, de aguas claras y tranquilas, ideales para nadar o hacer snorkel. Su arena es dorada y suave, y todo el entorno está rodeado de vegetación exuberante, lo que le da una atmósfera íntima y especial.
Aquí no hay tráfico, ni ruido urbano, solo tranquilidad, el sonido de las olas y las aves. El acceso suele hacerse en lancha desde Boca de Tomatlán, una pequeña aventura que ya prepara el ánimo para lo que viene: un día de descanso total, mar cristalino, sombra natural y la oportunidad de sumergirse —literal y figuradamente— en una de las playas más encantadoras de la Bahía de Banderas.
Playa Destiladeras, en Nayarit
Playa Destiladeras se encuentra en la Riviera Nayarit, dentro de la Bahía de Banderas y es una playa amplia, generosa y que invita al descanso total. Su arena es suave y clara, perfecta para caminar descalzo, y su oleaje es moderado, ideal tanto para nadar como para quienes están aprendiendo a surfear. El mar se extiende con un azul profundo que se pierde en el horizonte, y hay suficiente espacio para relajarse sin aglomeraciones, incluso en temporada alta.
Su ambiente es familiar y relajado. A pesar de estar cerca de zonas turísticas como Punta de Mita, conserva una esencia tranquila y poco explotada. Algunos días puedes encontrar pequeños puestos de comida local o familias enteras disfrutando de un día de picnic. Es una playa que lo tiene todo: belleza natural, accesibilidad y esa vibra cálida que hace que uno quiera regresar.
Playa Las Gemelas, en Puerto Vallarta
Playa Las Gemelas, en la zona sur de Puerto Vallarta, son un par de pequeñas calas que parecen escondidas a propósito para reservarse a aquellos que buscan tranquilidad. Separadas por una formación rocosa, estas dos playas de arena blanca y fina están rodeadas por vegetación y acantilados, creando un paisaje íntimo y acogedor. El agua es clara, cálida y casi siempre en calma, ideal para nadar o simplemente flotar dejando que el mar haga lo suyo.
Lo mejor de Las Gemelas es su discreción. Aunque están a pocos minutos del centro de Puerto Vallarta, mantienen un ambiente casi secreto. El acceso es algo empinado, pero vale cada paso para llegar a un rincón donde la naturaleza sigue siendo la protagonista. Son perfectas para escaparse del ruido urbano y pasar el día entre sol, mar y silencio, con la sensación de haber encontrado un pequeño paraíso escondido.
Como ves, en México puedes encontrar playas de todo tipo y en diferentes puntos del país. Desde grandes extensiones de arena a pequeñas calas, pasando por otras rodeadas de manglares. Cada una de estas playas se vive de forma diferente. Sabemos que no es fácil probarlas todas, pero si tienes la oportunidad de estar cerca de alguna, no dejes de visitarla.